Prepara un lugar para que duerma tu perro
Organiza un lugar para dormir con anticipación. Por lo general, es mejor comenzar con tu perro en un espacio confinado, como una jaula para perros (sin necesidad de que esté cerrada). Esto les da un espacio propio y seguro. Con el tiempo deberás preparar una cómoda cama para tu perro en alguna habitación o lugar específico.
Presentarle su nueva casa
Cuando traigas un perro nuevo a casa, es probable que no comprendan que su hogar es una zona "prohibida para ir al baño". En lugar de darles mucho espacio para que tengan accidentes, debes asumir que no está adiestrado y cuando lo dejes solo poner ciertas cercas para marcar límites, de esta forma no encontrarás charcos de orina por todas partes.
Mientras estés en casa, saca a tu perro del espacio confinado con frecuencia y dale golosinas cada vez que vaya al baño afuera. Si está fuera de casa durante horas seguidas, coloca pañales para perros en el área de confinamiento, de modo que tu perro tenga un lugar "legal" donde ir mientras tú no estas.
Dale a tu perro su propia "habitación"
Vivir en un lugar nuevo puede resultar abrumador. Los perros necesitan un lugar para relajarse y descomprimirse. Puedes usar el área de confinamiento para esto.
Si tu perro decide por su cuenta entrar en el área de confinamiento mientras estás en casa, déjalo en paz. Si quieres interactuar con ellos, llámalos y averigua si dejarán su espacio seguro para acudir a ti. Si no es así, probablemente necesiten un descanso.
Crea una rutina y apégate a ella
El cambio puede ser inquietante. Para ayudar a tu perro a adaptarse, debes establecer una rutina diaria para tu cachorro.
Por ejemplo, puedes comenzar el día con un paseo y un desayuno, luego pasar un tiempo en el espacio de confinamiento y combinarlo con un juguete de golosina para perros o masticar hasta que llegue otro paseo, la cena y tiempo para pasar el rato en la sala. No importa exactamente cómo se vea la rutina, pero cuanto más regular sea, más rápido se adaptará tu perro.