Comunicación

¿Por qué a los gatos no les gustan los perros? A nivel superficial, ciertamente parecería que sí. Pero en su mayor parte, son ellos usando y leyendo los lenguajes corporales de manera diferente. Por ejemplo, a los perros les encanta correr y perseguir animales pequeños de forma lúdica. Cuando un gato ve que un perro se acerca muy rápido, su instinto natural de huir se activará naturalmente. Puedes evidenciar cómo esto solo hace que tu perro se entusiasme más, si tu gato se siente acorralado, lo más probable es que intente defenderse usando sus garras.

Otro ejemplo de cómo difieren los lenguajes corporales de los gatos y los perros es que cuando un perro mueve la cola, generalmente significa que se siente cómodo y amistoso. Un gato, por el contrario, solo “azota” la cola cuando se siente amenazado o se muestra agresivo. Un perro puede malinterpretarse como una señal de que el gato quiere jugar y luego procede a correr o perseguir al felino agitado. Teniendo esto en cuenta, sólo puedes imaginar por qué a los gatos no les agradan mucho los perros.

Competitividad

Otra razón obvia por la que un perro y un gato pelean es porque están compitiendo, ya sea por la comida o por tu atención. Esta racha competitiva se remonta a miles de años cuando los perros ya vivían con humanos como compañeros de caza. Los antepasados caninos, como los lobos y los perros de caza, ya que normalmente buscan comida o restos de comida de tus amos. Los felinos fueron domesticados unos 5000 años después que los perros y, en su mayor parte, han cazado por su cuenta.

En cuanto a tratar de competir por tu atención, todos saben que los perros son criaturas sociables y disfrutan del afecto humano. Los gatos tardan un poco más en sentirse cómodos en presencia humana, pero una vez que confían en ti, pueden volverse un poco territoriales. Ver a un perro tratando de abrirse camino en su territorio puede hacer que un gato poco socializado se disguste. Todo depende de su personalidad, el gato puede entrar en modo de pelea o evitar acercarse a tu perro por completo.

Socialización

¿Por qué los gatos y los perros no se gustan? Hemos llegado a comprender que las diferencias de comportamiento y una competencia continua por la atención son probablemente las razones por las que parece que lo hacen. Sin embargo, no tiene por qué ser siempre así dentro de tu hogar. Con una adecuada socialización y entrenamiento, perros y gatos definitivamente pueden vivir juntos en armonía, como hemos visto en diversas situaciones.

1. Comienza temprano 

La buena noticia es que a los cachorros y gatitos se les puede enseñar a socializar a una edad temprana. Durante sus meses de formación, los cachorros y gatitos jóvenes pueden acostumbrarse a la presencia tanto de humanos como de animales. El período crítico de socialización es de cinco a 12 semanas para cachorros y de cuatro a ocho semanas para gatitos. Durante este tiempo, tanto a los gatos como a los perros se les puede enseñar cómo comportarse o interactuar con las personas y otros animales. Si hubo una experiencia desagradable durante la socialización de un cachorro o gatito puede desarrollar una desconfianza que podría tardar mucho más en revertirse.

2. Realiza entrenamiento conductual

Si deseas entrenar a tus mascotas domésticas para que se lleven mejor, seguramente puedes hacerlo con un poco de tiempo y paciencia. Recuerda que los perros son más juguetones y excitables mientras que los gatos tienen una mayor tendencia a pelear o huir por miedo. Comienza el entrenamiento manteniendo a tu perro atado si está en la misma habitación que tu gato. Ofrécele golosinas a tu perro si es capaz de quedarse quieto mientras permites que tu gato se acostumbre a la idea de que puede estar en la misma habitación con tu perro sin sufrir daños.

También ayuda si le has enseñado a tu perro algunos trucos básicos como "sentarse". Si tienes que salir de casa, mantén a tu perro con correa o en una jaula para evitar peleas y no dejes a tus mascotas sin supervisión.