Luca llegó hace 10 años. Nunca quise a los perros, pero cuando lo conocí, porque se lo regalaron a mi novio, empecé a darme cuenta de por qué llegó a mi vida. Sin embargo, Luca no era mío y sentía que quería ser mamá perruna de mi propio perro.
Así, mi Napoleón, que ya tenía nombre antes de conocerlo, llegó a mi vida gracias a unos amigos, Iris y Gustavo, hace 4 años. Ahora, Luca y Napoleón viven conmigo, y juntos alegran cada minuto de mi día. Saben cuándo estoy alegre o triste, me miran todo el tiempo y se hacen entender perfectamente. Me acompañan en todo momento y han sido mi más linda elección.
Recibo y les doy amor a cada minuto. Tener dos perritos me permitió conocer lo que es el amor en su estado más puro. Luca y Napoleón han transformado mi vida con su compañía y afecto incondicional.