Hace dos años, decidí que quería tener mi propio amigo fiel. Con mi pareja, comenzamos la búsqueda de un compañero y, viviendo en una pieza pequeña, pensamos que lo mejor sería un hámster. Fuimos a la veterinaria con esa idea, pero lo primero que vimos fue a un pequeño husky de hermosos ojos azules y muy travieso. Desde ese momento, me enamoré y nos lo llevamos a casa.
Nuestra vida cambió por completo desde ese día. Con el tiempo, pensamos que nuestro perro se sentiría solo, así que le conseguimos una hermanita. De la noche a la mañana, éramos una familia de siete Huskies. Tuvimos que mudarnos a un apartamento más grande, y para poder alquilarlo, decíamos que solo teníamos "dos cachorros". La verdad era que teníamos siete Huskies, pero esa pequeña mentira nos permitió encontrar un hogar más grande.
Desde entonces, nuestra vida ha mejorado. Mis niños, como los llamo, siguen siendo mis niños, y somos muy felices con cada uno de ellos. Nos sentimos bendecidos y afortunados de tenerlos juntos, llenando nuestro hogar de amor y alegría.