Hanna es mi querida perrita, y nuestra historia juntas es realmente especial. La adopté cuando su anterior dueña tuvo que mudarse a otro país. Desde entonces, Hanna se ha convertido en mi amiga incondicional.
Juntas, hemos vivido muchas aventuras. Hanna y yo viajamos en bus a mi ciudad natal, Neiva, y siempre se comporta de maravilla. Es la pasajera más juiciosa que he conocido. Cada mañana salimos a caminar, y aunque regresa cansada a casa, siempre está llena de ternura y energía.
Una de las cosas que más disfruto es verla correr libremente. Siempre la llevo suelta con mucho cuidado, especialmente al cruzar la calle. Es impresionante cómo entiende cuando le digo "para" y se detiene, y luego, al decirle "pasa", cruza la calle corriendo. Es mi compañera en todo sentido, y su amor perruno llena mi vida de alegría.
Hanna es lo mejor que me ha pasado. Tener y compartir la vida con una mascota como ella es una bendición. Su amor y lealtad son incomparables, y cada día agradezco por su compañía. Te amo, mi peludita hermosa.