Juan José Sierra, un publicista de 33 años, se considera un auténtico Dog Lover. Su amor por los perros se basa en pura gratitud. Desde niño, siempre ha estado rodeado de perros, lo que le ha permitido entender y apreciar la compañía y el amor incondicional que ofrecen estos fieles compañeros. Esta pasión lo llevó a convertirse en educador canino y técnico en intervenciones asistidas con animales, dedicando su vida a comprender y mejorar la relación entre humanos y perros.
Desde pequeño, Juan José sintió una conexión especial con los perros. Recuerda con cariño cómo la compañía de estos animales lo ayudó a desarrollar una sensibilidad especial y a entender su forma sutil de comunicarse. La presencia constante de perros en su hogar, gracias a su familia “perruna”, le enseñó a valorar y respetar a estos increíbles seres desde temprana edad.
Los perros han sido una constante en la vida de Juan José. Creció rodeado de ellos, siempre con pelos en la ropa, pero con un corazón lleno de amor. Hace aproximadamente nueve años, decidió dedicar su carrera profesional a trabajar con perros, un cambio que describe como transformador. Pasar de una oficina a estar rodeado de perros todos los días le brindó un nuevo propósito y una vida llena de sorpresas. Cada día es diferente, y cada perro es único, lo que hace que su trabajo sea emocionante y lleno de aprendizaje.
La relación de Juan José con sus perros se define por el asombro y el respeto. Aprender a entender a un perro es una experiencia reveladora. Reconocer la complejidad de sus emociones y su capacidad de comunicación lo ha llevado a ver a los perros de una manera completamente nueva. Este respeto y asombro forman la base de su filosofía como Dog Lover.
Para Juan José, la vida sin un perro sería inimaginable y, probablemente, muy aburrida. La presencia de sus perros le ha enseñado importantes lecciones de vida, como la paciencia y la importancia de soltar el control y fluir con los ritmos de cada perro. En los momentos difíciles, sus perros le brindan un apoyo emocional invaluable, siempre presentes y sin juzgar, ofreciendo consuelo y compañía.
Uno de los recuerdos más emotivos de Juan José es de su infancia, cuando Pecas, una Gran Danés, lo consoló durante un momento de tristeza. Este acto de empatía y cariño dejó una marca profunda en su corazón, demostrando el poder del vínculo entre humanos y perros. En su manada actual, siente una conexión especial con Iván, el mono, y Tayrona, la Border Collie. Iván es su compañero incondicional, mientras que con Tayrona comparte una comunicación casi telepática, basada en la mirada y la intención.
Ser un verdadero Dog Lover, para Juan José, significa darle al perro el lugar que le corresponde como miembro de la familia. Aboga por una "convivencia responsable" en lugar de una "tenencia responsable", reconociendo que la relación con los perros debe basarse en el respeto mutuo y la responsabilidad compartida.
A través de su contenido y su profesión, Juan José busca transmitir la importancia del vínculo humano-canino. Desea mostrar que el mundo del perro no es tan complicado como a veces parece. Al simplificar y aprovechar la relación milenaria que los humanos tienen con los perros, espera inspirar a otros a disfrutar de una convivencia armoniosa y gratificante con sus mascotas.