Mis dos perritos han sido adoptados de manera inesperada. Mi primera mascota, Tobby, es un Boston Terrier que llegó a la obra donde trabajaba. Buscamos a su familia por los alrededores, pero nadie acudió, así que mi jefe dijo que nos tocaba dejar que se fuera porque en la obra no podía estar. En contra de los deseos de mi esposo, lo llevé a casa. Aunque casi me costó mi matrimonio, hoy Tobby sigue con nosotros, dándonos amor y mucha alegría.
Mi segunda perrita es Josefina, una Bulldog Francés que llegó a mi familia porque vimos que la regalaban. Ella estaba en un criadero, tenía dos años y había tenido dos partos por cesárea. Me conmovió mucho su cara y no pude dejarla allá. Contacté a los encargados y me la entregaron. Josefina es una perrita con muchos traumas, pero gracias al amor y el cariño que mi familia le ha dado, ha podido superarlos.
Ellos dos son mi alegría al volver a casa después de un duro día de trabajo. Los amo y me siento feliz de tenerlos en mi familia.