Nosotros nos habíamos mudado de una casa a un apartamento, mi hermana mayor se había ido del todo al extranjero, mis papas y yo nos sentíamos un poco solos, después de todo el vacío que dejó mi hermana fue muy grande. De allí nació la búsqueda de un integrante de 4 patas para nosotros; queríamos una mascota que fuera pequeña porque el apartamento donde vivimos es muy pequeño y la idea es que él tuviera su espacio para correr y descansar.
Cuando Tony llegó a la casa no se adaptó y fue muy difícil saber que tal vez tener una mascota no era para mi, asi fue como lo devolvimos a Tony a casa de su mamá por unos días para que no llorara por el destete y deseando que su regreso no tardará más de lo propuesto, de igual forma no quería que mi perrito sufriera cuando lo alejara de nuevo de su mamá.
Al cabo de 1 mes y cuando Tony se sintió completamente bien lo trajimos a casa de nuevo con la intención de que todo saliera mucho mejor y con paciencia dejamos que se adaptara, pues con gran satisfacción así fue. Desde entonces Tony ha llenado cada espacio de mi hogar, mis papas mueren por él, verlo jugar, mover sus orejas y cola me llena de felicidad.
Él llenó el vacío de mi hermana y me confirmó que fue mi mejor elección, que tener a un perro en casa si era para nosotros y que todo se puede cuando se tiene paciencia y amor.
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