- Problemas digestivos: Diarrea, vómitos o flatulencia excesiva pueden ser signos de que el sistema digestivo de tu perro no tolera bien ciertos ingredientes en su comida.
- Infecciones recurrentes en los oídos: Las infecciones frecuentes en los oídos, especialmente si vienen acompañadas de mal olor o secreción, pueden estar relacionadas con alergias alimentarias.
Si observas alguno de estos síntomas en tu perro, es importante considerar la posibilidad de una alergia alimentaria y tomar medidas para confirmar y tratar la causa subyacente.
2. Diagnóstico: cómo confirmar una alergia alimentaria
Antes de hacer cualquier cambio en la dieta de tu perro, es crucial consultar con un veterinario. También evitar la automedicación es fundamental, ya que solo un profesional puede guiarte adecuadamente para asegurar que el diagnóstico y el tratamiento sean correctos y seguros para tu mascota.
De manera general, el diagnóstico de una alergia alimentaria puede ser un proceso de eliminación. El primer paso suele ser cambiar a una dieta hipoalergénica, que incluye proteínas y carbohidratos nuevos para el perro, que no haya consumido anteriormente. Este cambio debe mantenerse durante 8 a 12 semanas para observar si los síntomas desaparecen. Es fundamental que durante este tiempo evites dar a tu perro cualquier tipo de golosinas o alimentos adicionales que puedan contener los posibles alérgenos.